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¿Qué es el síndrome de Asperger, cómo reconocerlo y cómo intervenir?

Entre los trastornos del espectro autista también está el síndrome de Asperger: veamos qué es, cómo reconocerlo y cómo intervenir.

Entre los trastornos del espectro autista, es decir, los que afectan al desarrollo del cerebro, el comportamiento y el desarrollo de las interacciones sociales, se encuentra el síndrome de Asperger.

En comparación con el autismo, las dificultades de interacción y los trastornos del comportamiento en el síndrome de Asperger son mucho menos marcados. No hay retraso cognitivo ni trastornos evidentes del lenguaje. Veamos qué es, cómo reconocerlo y cómo intervenir.

¿Qué es el síndrome de Asperger?

Como se ha mencionado, el síndrome de Asperger forma parte de los trastornos del espectro autista, pero quienes lo padecen no tienen déficits lingüísticos o intelectuales. La propia clasificación del síndrome de Asperger ha sido objeto de largos debates que sólo recientemente han encontrado una síntesis, como se recuerda en el sitio web de la Fundación Ares (investigación y desarrollo del autismo):

Esto ha cambiado un poco desde que el síndrome de Asperger se hizo “oficial” en el DSM-IV (APA,1994), tras un ensayo internacional sobre el terreno en el que participaron más de mil niños y adolescentes con autismo y trastornos conexos (Volkmar y otros, 1994). Esos exámenes (ensayos sobre el terreno) habían demostrado que era legítimo incluir el síndrome de Asperger en una categoría de diagnóstico diferente del autismo, en el grupo que incluye los trastornos generalizados del desarrollo. Es importante que se haya llegado a una definición consensuada de este trastorno, que debe servir de marco de referencia para todos los que utilicen este diagnóstico.

Y si las causas del síndrome de Asperger aún no se conocen, no basta con ponerse de acuerdo sobre la categoría en la que debe ser colocado, recuerda Ares:

Los problemas están lejos de ser resueltos: a pesar de algunas nuevas direcciones de investigación, el conocimiento sobre el síndrome de Asperger sigue siendo muy limitado. Por ejemplo, no sabemos cuán extendida está realmente, ni cuán relevante es la proporción de hombres y mujeres, ni cuán fuerte es el impacto de los lazos genéticos en el aumento de la probabilidad de encontrar las mismas condiciones entre los parientes.

Síntomas del síndrome de Asperger

El síndrome de Asperger, llamado así por el académico que lo identificó en la década de 1940, Hans Asperger, es mucho más común entre los hombres que entre las mujeres, aunque todavía no está claro por qué. Los síntomas del síndrome de Asperger incluyen:

  • Dificultades en la interacción social y deterioro del lenguaje no verbal (dificultad para mantener el contacto visual).
  • Dificultad o incapacidad para establecer relaciones con sus pares.
  • Falta de compartir intereses y objetivos con otras personas
  • Falta de empatía y reciprocidad
  • Intereses repetitivos y estereotipados que son particularmente intensos y centrados

Las personas que padecen el síndrome de Asperger no tienen una vida laboral o social deteriorada y son capaces de manejarse independientemente, aunque con dificultades relacionadas con la falta de interacción social.

Cómo reconocer el síndrome de Asperger

En comparación con el autismo, que puede reconocerse en una etapa temprana dada la evidencia de “anormalidades” que pueden encontrarse en el niño (fuerte dificultad de interacción, falta de contacto visual, deterioro del lenguaje, conductas repetitivas), el síndrome de Asperger se reconoce, en cambio, a una edad más tardía, apenas antes de los 4 ó 5 años de edad.

Los primeros signos del trastorno pueden aparecer alrededor de los 2 ó 3 años de edad, pero es en la edad escolar cuando se hacen más evidentes, debido a la tendencia del niño a aislarse de sus compañeros y a tener dificultades para interactuar.

Para diagnosticar el síndrome de Asperger, se observa al niño dentro de su entorno familiar y escolar. Para llegar a un diagnóstico, es fundamental un enfoque multidisciplinario que involucre a profesionales de diferentes campos, también para dar al niño y a la familia el apoyo necesario.

Cómo tratar el síndrome de Asperger

Como el síndrome de Asperger no es una enfermedad sino un trastorno, no hay una cura real. El primer paso es la terapia conductual para ayudar al enfermo a manejar su vida social. La intervención de un experto en idiomas también es útil para mejorar las dificultades en el diálogo: a menudo los que sufren el trastorno de Asperger tienen un tono de voz particularmente monótono, tienden a repetir continuamente los mismos conceptos y tienen dificultades para “leer” las reacciones de su interlocutor.

El apoyo psicológico es muy importante para ayudar a los que sufren el trastorno a controlar sus obsesiones y a mejorar su capacidad de interactuar con los demás.

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