La conjuntivitis en los niños: síntomas, causas y tratamientos efectivos

¿Cómo se manifiesta la conjuntivitis en niños muy pequeños, qué la causa y cómo puede ser tratada para erradicarla rápida y eficazmente?
Los ojos rojos y llorosos, especialmente en los recién nacidos y en los niños menores de 3 años, pueden ser una causa de gran preocupación para las madres.
Muchas veces, de hecho, es la conjuntivitis, una inflamación de origen infeccioso (viral o bacteriano), alérgico o traumático que debe ser controlada y tratada adecuadamente.
Pero, ¿cuáles son las señales de alarma que indican una inflamación de la conjuntiva y cuáles son los remedios para tratarla eficazmente?
Conjuntivitis en los niños: ¿qué es?
La conjuntivitis es una condición inflamatoria de la membrana que cubre externamente el globo ocular, la conjuntiva. Esta delgada capa de tejido tiene una función protectora y lubricante para el ojo, que se activa con el simple movimiento de los párpados.
Su inflamación puede ser determinada por varios factores y de acuerdo a estos, la conjuntivitis puede ser distinguida en:
- Conjuntivitis purulenta: casi siempre es de origen infeccioso y tiende a afectar a ambos ojos. Se trata principalmente con gotas antibióticas para los ojos y es muy contagioso;
- Conjuntivitis vírica: es una de las más peligrosas y puede surgir de los síndromes de la gripe. Se trata con gotas antibióticas para los ojos y antivirales locales, aunque a menudo también puede tratarse con antivirales sistémicos y gotas de cortisona para los ojos;
- Conjuntivitis alérgica o papilar: aunque muy molesta, es la forma menos peligrosa de conjuntivitis en los niños. Suele ir acompañada de sensibilidad a la exposición a la luz (fotofobia) y se trata con gotas oculares de antihistamínico local y, si es necesario, con gotas oculares de cortisona. No es contagioso.
Para un diagnóstico correcto y oportuno es aconsejable notificar al pediatra tan pronto como aparezcan los primeros síntomas, quien decidirá si busca asesoramiento de un especialista externo (oftalmólogo) y recomendará el tratamiento inmediato más adecuado que se deba adoptar.
Lo importante es evitar las curas caseras, los remedios “de la abuela” o cualquier forma de “automedicación”.
Conjuntivitis en niños: síntomas
Como ya se ha mencionado, la conjuntivitis en los niños se manifiesta con una serie de síntomas bastante comunes que pueden ser más o menos pronunciados según la causa que la haya desencadenado. En general, los principales síntomas son
- aumento de las secreciones/lacrimación;
- fotofobia (incomodidad en la luz);
- secreciones amarillentas o espesas;
- dolor;
- hinchazón (quimiosis de la conjuntiva);
- picazón;
- sensación de quemazón.
Obviamente, si el niño es muy joven, difícilmente reportará los síntomas, pero tenderá a llevar frecuentemente sus manos a la cara y, al examinarlo más de cerca, la inflamación será bastante evidente incluso en presencia de una forma leve de conjuntivitis.
Conjuntivitis en niños: causas
Como ya se ha mencionado, la conjuntivitis en los niños puede tener una etiología bastante variada. Dependiendo del tipo de inflamación que tengamos delante de nosotros, también se puede determinar la causa que la causó. Por esta razón es aconsejable pedir siempre una consulta inmediata a un pediatra o especialista. Entre las causas de la conjuntivitis, encontramos:
- virus;
- bacterias;
- alérgenos;
- químicos;
- cuerpos extraños;
- conducto lagrimal obstruido, especialmente en los bebés.
Conjuntivitis alérgica en niños
La conjuntivitis alérgica es causada por el contacto con un alérgeno que penetra en el ojo del niño. Estas sustancias, dispersas en el aire en forma de polen o polvo, activan el sistema inmunológico y dan lugar a una reacción alérgica que suele producirse en ambos ojos.
La conjuntivitis alérgica puede ser estacional o crónica, o puede surgir de forma completamente aislada por contacto directo con el alérgeno si está presente en alguna sustancia o alimento que el niño haya manipulado.
A diferencia de la conjuntivitis infecciosa, este tipo de conjuntivitis no es contagiosa, pero puede llegar a ser “perenne” si la sustancia que desencadena el sistema inmunológico es transportada por un contaminante transportado por el aire al que el niño está constantemente expuesto.
Niños con conjuntivitis: remedios
La primera regla que se debe adoptar para prevenir la aparición de la enfermedad es cuidar escrupulosamente la higiene del recién nacido, en particular de las manos y de todo lo que pueda entrar en contacto con los ojos.
Cuando se revele la conjuntivitis, por otra parte, la terapia más adecuada se ponderará según el factor que la haya provocado.
Según lo recomendado por la Asociación Médica, en los casos de conjuntivitis alérgica la terapia recomendada consiste en gotas oculares antihistamínicas que serán prescritas por el oftalmólogo. La duración del tratamiento se limitará a unos 6 días.
La conjuntivitis de origen infeccioso, por el contrario, debe ser tratada con gotas oftálmicas antivirales (si el patógeno que las ha desencadenado es un virus) y gotas oftálmicas antibióticas (si el patógeno es una bacteria).
Los síntomas tienden a disminuir dentro de las 48 horas. En todos los casos, el oftalmólogo puede decidir combinar el tratamiento con gotas oculares de cortisona para aprovechar la acción antiinflamatoria inmediata y calmar las molestias.
Estas terapias se prescriben por períodos de tiempo muy cortos y, en cualquier caso, hasta que el agente responsable de la conjuntivitis en los niños sea completamente erradicado.